Digamos que
abordar una alfombra persa tejida con las hebras más delicadas del más fino
canabiol, puede cambiar el mundo que a uno lo rodea.
La luz, los
sentidos, el color, el sonido, la humedad, la noche, el frío, el alcohol, el
camposanto, la hermana religión, la enemiga religión, la asesina religión, la
religión vital. El sexo, el género, la piel. El miedo y el amor… ese dúo-antimateria.
Muere el amor
por el miedo mientras se encuentra incapaz de odiar.
Amorodio, todo
junto.
Una sola
palabra, como cuerpoalma.
Una conducta
moral, regida por un código moral promulgado en los oscuros cenáculos eclesiásticos, o
judaicos, o islamitas, ateístas, liberalistas, comunistas, capitalistas, es una conducta
moral muerta y enterrada, y la culpa... un misil.
Aceptar es todo. Aprender a aceptar…