jueves, 20 de febrero de 2025

Ciudad Estío

 Se sale a caminar, se recorren kilómetros a pie; aparecen los escenarios, subjetivos, y se retratan con desapegado rigor, y aunque no se sabe ni se comprende el porqué, se hace, como si fuera cierto, como si sirviera para algo, como si hubiera un motivo o varios. Un corazón atravesado por esa tiranía -¡yo quiero morfar!- y un ser vivo estallado, derramado, derretido; brutalismo de salón, pizzerismo de pasado, antaño, el ayer de nuevo o el nuevo pretérito. Las antenas, la Luna y Venus transmitiendo saludos y contactos sin lograr coincidencia alguna. Empanadas fritas de carne, la fe, el acusado y todos los pibitos del conurbano en alerta, fuera el móvil, contra la pared, pero nada tiene que ver con un teléfono. Rayos y centellas: ella, hermosa, esperando sin pausa ni prisa a que llegue lo que desea, lo que la transforme, lo que la llene... con su leporina sonrisa blonda acuosa transistora fluyendo energías hacia todos nosotros al divino botón desde una triste persiana en Villa Ballester.