Ya desde que abrí los ojos sentí la llamada de la calle. Entonces nos pegamos un baño, tomamos unos mates, preparamos las cámaras de foto y salimos tipo cuatro de la tarde rumbo a San Martín. Primero caminamos por General Hornos hasta las vías del ferrocarril Urquiza, la cruzamos y giramos a la izquierda unas seis cuadras y desde allí seguimos a la derecha y siempre derecho por esos exquisitos barrios de clase media baja hasta llegar a las vías del Mitre, saliendo justo en la estación de San Andrés. Pensábamos caminar desde allí hasta Villa Pueyrredón, pero un sorpresivo aguacero nos obligó a trepar al transporte, que en diez minutos nos dejó en nuestro pretendido destino. Caminamos luego por Artigas rumbo sur buscando un lindo restaurante para cenar unas supremas de pollo a la Maryland, pero a mi chica le entró el deseo patriotero de un locro argento, por lo tanto seguimos pateando rumbo a la avenida Constituyentes para cenar locro y empanadas en la pulpería "Siglo XX", un sencillo lugar atendido por dos damas mayores de lo más copadas; el locro excelente, las empanadas de carne cortada a cuchillo muy fuera de lo común, también preparan tamales y humitas... acompañó la cena un Vasquito Viejo tinto que superó las expectativas (después de los moscatos pendencieros de anoche, cualquier tinto las supera). Salimos y ya en la calle nos entraron las ganas del helado nuestro de cada finde, por lo tanto pateamos hasta Nazca y Mosconi hasta la heladería "Antigua Napoli", en donde un cuarto per cápita satisfizo la necesidad.
Finalmente caminamos hasta Mosconi y Avenida San Martín, en donde el 123 nos levantó para, media hora después, dejarnos a las once de la noche en la esquina de casa.