Cuando uno hace fotos periodicamente se le escapa el photoshop... entonces van quedando una parva de tomas rezagadas que tienen más que ver con la historia y el amor personal que con el arte. Y como este blog no es una muestra de arte sino un divertimento que me aleja justamente de él y de sus exigencias, van ahora mismo unas treinta tomas de Mar del Plara en el último invierno. Corresponden a los primeros días, el centro de La Feliz al amanecer y luego de dejar los bultos en el depto apenas bajados del micro; caminatas por el barrio los troncos y grafittis a la hora del café con leche; la torre del agua y una toma aérea; la avenida Colón a un par de cuadras del mar y hasta el infinito; luego una caminata al barrio Camet hasta el atardecer con un tríptico -ya estaba pensado así desde ese etílico momento- de los cartelitos de esas callecitas de ensueño que no quiero -ni puedo- olvidar...