martes, 30 de agosto de 2011

"Barajar de nuevo"

Otra vez el llanto porque se llega al límite en donde todo pierde el sentido y se derrumba el mundo, se corta la línea temporal, se huele la derrota. Todo se esfuma alrededor y uno termina sintiendo en el centro de la vida el propio cansado corazón y las nubes negras en el cerebro, y recuerda las palabras del maestro: "mi paz no es como la paz que da el mundo"... sin palabras, cuando me siento como hoy ¿que más podría agregar?
Y bueno, la máquina sufre y sus chirridos chillan por la falta de lubricación y las cuerdas están oxidadas y las ganas de desaparecer una semana crecen para no tener que sufrir... pero hay que sufrir, pasar por el fuego, templarse desde el hierro hasta el acero. Después de todo, vivir, en mi fé, no es algo temporal, es eternidad. Ahora bien, si realmente creo esto que acabo de expresar... ¿porque me preocupo?¿perturbo?¿amargo?¿condeno?¿presiono?¿detesto?
Preguntas sin respuestas, o con respuestas que varían con la temperatura y la humedad; lo único cierto, al final, es lo anterior, cargar la cruz, man, no hay otra, porque busqué llenarme de toda la mierda que anda dando vueltas en el mundo alrededor y al fin encuentro que sólo es eso: llenarme de mierda.
Resta lo único que importa: dar gracias y humildemente agachar el cráneo, y mientras se reconoce la genialidad de lo supremo mezclar el mazo y barajar de nuevo que aún la cuerda tiene resto y aguanta unos cuantos tirones más. Y a poner las manos en el timón que el Maestro sopla.