viernes, 30 de mayo de 2014

Un domingo solo

Ella se fue y me quedé solo,
rumiando mi dolor.
Mi dolor, ese que brota del corazón, es sólo mío;
a nadie puedo culpar ni acusar por mi ceguera...
Y es que lo soy: ciego.
También soy sordo, y mudo,
y tiemblo.
Por eso, Señor, ten piedad de mi.
Me has regalado la vida, a vos te pareció bueno, Señor Dios.
Entonces te pido que me contagies ese amor,
no te pido ni perfección ni merecerlo... ¡no!
sólo haz que yo ame, a mi y a todos, cada día más,
como vos me amás, porque si, porque me hiciste a tu imagen y semejanza, porque te pareció bueno.
Una bella gratuidad.
Y lo demás, es vanidad.
Perseguir el viento.

viernes, 9 de mayo de 2014

Otro día, otro sol

Amanece un nuevo día detrás de la cortina.
Amanece con el mismo nombre,
con el mismo cielo,
con la misma temperatura color.
Amanece el sábado y la luz, amanece la brisa y el disco del sol...
y gira una estrella y gira un planeta,
y el  sistema solar está en los pulmones, y el pino respira en mis neuronas,
el universo conocido permanece dibujado en las células de mi piel,
y se expande...
No sabemos si retornará al origen o si así continuará,
expandiendo su belleza hasta la diáfana disolución de todo y de todas las cosas:
la música,
la lepra,
la risa,
la cerveza,
la ira,
tu sonrisa,
la cuenta bancaria,
el abandono del mundo y el amor de Dios.
Yo creo que algo perdurará... un color, una inercia rumbo a lo magnánimo,
un propósito definido,
un éxtasis...
una verdadera curiosidad por ver el "más allá".
Y miedo, por supuesto... 
¿quién no?