domingo, 24 de agosto de 2014

Cuatro escenas entre lo imaginario y lo real

Los espacios vacíos: puertas y ventanas; la hierba que crece, se corta y se seca -luego seguirá su destino de fuego y vuelo-; ella en la mesa esperando que canten los ángeles, la estrella en el cuello en la mañana y la mitad femenina del misterio frente al jardín... no es tan difícil elaborar una serie de enlaces entre estas cuatro imágenes. Es suficiente con la palabra libertad. Basta con pensar en las vacaciones y en la nada como objetivo.
Luego, todo seguirá como siempre: en movimiento perpetuo.





viernes, 22 de agosto de 2014

Santos y juguetes

La infinitud de la gloria todo lo rodea, como el polvo: nubes, tacos, yerba, fuego, nylon, la experimentación y el ejercicio de la voluntad, la línea del límite en la distancia elegida. Y como una ondina agazapada en las sombras, la culpa acecha y demuele edificios de esa libertad casi infinita, ahora más emparentada con el miedo que con la levedad de una sonrisa.
La diferencia la hacen las palabras... ideología de cartón cuya fortaleza crece y crece hasta el ridículo dentro de las paredes ciegas de la mente;
allí, en ese teatro donde todo es obra y representación, los espectadores alternan sus butacas con los cambios de vestuario, de género y de religión.
Nada es totalmente cierto.
O todo lo es.

sábado, 2 de agosto de 2014

Primero y último puesto para el amor.

Seis cuerdas, madera, gargantas y un medio vibratorio...
como el amor, la música: una propagación extraña
y fundamental.
Y es curioso, nos ubicamos espacialmente por medio de la percepción del sonido,
y nos encontramos sólo en el amor.
Las escrituras y los poetas fatigan esa palabra que los seres humanos ennoblecemos como a lo más sagrado,
para pasar luego a arrojarla como un dardo o como un misil directo a la cara de nuestros enemigos;
pero el amor existe sólo si es,
y entonces, tal vez, es poesía.
Sólo el dolor del que todo lo da puede trascender este pobre estado de cosas.
Lo bueno y lo malo; lo oscuro y lo claro...
lo indefinido.
El amor, esa palabra fundamental,
primero y último ítem en la lista.