sábado, 31 de diciembre de 2011

Fin de año

Y llegó el final del 2011 nomás; y como la nostalgia me atacó antes de tiempo decidí hacer una última entrada antes de partir rumbo al 2012. Entonces salí de casa -ayer- a las 17hs y me fuí caminando hacia Capital -me encontraba con unos amigos a las 21hs- haciendo fotos. Caminé por Caferatta hasta Mitre, luego me interné en el barrio Villa Parque Caseros hasta Alvear y desde allí, cruzando Paseo de los granaderos, General Paz y Lope de Vega hasta ¡El Fortín!, pre parada pizzera moscatera antes de llegar a Victoria Impala y seguir con la masa y la muzza -y el totin y la birra-. Bueno, amigos y risas para despedir el año. A las dos de la mañana nos separamos cada cual para su nido y seguí pateando, esta vez hasta Mosconi y Avenida San Martín en donde me subí al infaltable 123 que me dejó, como siempre, en la esquina de casa.
Bueno, para terminar les deseo un feliz fin de año y un comienzo aún mejor... y ante todo paz y respeto. Y gracias por participar.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Diez autorretratos en el baño

Sucedió el miércoles por la noche luego de regresar de un asado con amigos, ya saben, mucho alcohol y mucha comida y la mustia sensación de que el tiempo se echó a perder... entonces fué llegar, tomar una ducha fría y llorar a mares. Y la cámara de fotos. Y el llanto que se convierte en risa, risa borracha y demencial, mientras el reloj no para de contar y la luna pasa y ahora el sol brilla otra vez y faltan dos días enteros para que el 2011 se convierta en un archivo del disco duro del pasado. Y está lleno de virus, lo que significa que hay mucho por hacer, barrer, limpiar... propósito, le dicen. Y a los 42 años eso ya es un montón.

martes, 27 de diciembre de 2011

Villa Bosch, Billinghurst, San Martín y Villa Lynch

Hoy tipo cinco de la tarde decidimos salir a caminar un poco para evitar el suicidio por sobreexitación-felices-escabio-fiestas, entonces nos fuimos desde casa a patear por el rioba y sus barrios satélites. Primero cruzamos las vías del San Martín por la calle Hornos y desde allí nos escabullimos hacia la izquierda hasta Villa Bosch; penetramos en el barrio de Billinghurst sur caminando hasta la avenida Balbín, que más que una calle del conurbano bonaerense parece ser un bombardeado suburbio de Bagdad, y desde allí retomamos hasta Villa Lynch pateando por la susodicha Balbín y posteriormente Heredia hasta interceptar el querido 123, que nos dejó, tras veinte minutos de coctelera humana, en la esquina de casa.