martes, 31 de enero de 2017

¡Hola Patagones!, ¡Chau Viedma!

Como el tigre y el budín de mangos, las dos enfrentadas ciudades aparecen y desaparecen de la visión en poco más de 24 horas… de Caseros a Villa, de Villa a Bahía, de Bahía a Viedma. Y el asunto, en realidad, recién entonces comienza.
El negro del año anterior nos muestra su deteriorado pelaje y su intacto histrionismo; las pizzas de la “Tasca de Danilo” salen a escena, salsa golf y palmitos, y las cervezas, la noche –otra vez un amigo acompañando el cruce del puente, un asustado amigo-, las camas del mismo hotel, la recorrida entre gentes desconocidas, el chocolate nocturno, las fotografías bajo un tenue sol que achicharra, las barcas-taxi y el museo, y el río Negro pasando muy lento, los candados, las alturas, los stencils, amor eterno, declaraciones de amor y de odios, el problema humano en las paredes, porque la colmena no alcanza ni tampoco la miel, y los moscardones de siempre, minoría, se quedan con las flores, con el viento, con la lluvia y con el néctar… transmutado a fuerza de sudores, harto sudor de abeja obrera…
Un relámpago que ilumina. Un instante de silencios totales. Anacrónicas cruces dominándolo todo.
Un mapa que se agranda y que, al mismo tiempo, se hace cada vez más chiquito.






































viernes, 27 de enero de 2017

Números que vuelan

“No se detiene el contador” dice el bocho “nunca se detiene”
“Es que llega la muerte” contesta el mismo “llega la muerte y… ¿qué pasará conmigo?, ¿qué pasará con mi maravilloso ego?”…
Luego, lo de siempre: el devenir cotidiano. Y las respuestas, instantáneas, del cerebro viejo, antiguo, reptil, agotado, la memoria de la humanidad diciendo “si”, diciendo “no”, chillando “te odio”, pensando “otra hembra”, “guerra”, “trotyl”, “casa”, “los aviones”, “carne”, “tinto”, “grasa”, “un millón de litros de cerveza”…
Sin embargo hay espacios entre las nubes, o eso afirma el gurú; espacios para ver, observar, detallar, controlar… y bueno, ya estamos de nuevo en el principio, que el espíritu santo o el santo ateísmo, ganar para no perder, capitalismo y comunismo, competir y acumular, lograr ser el primero, ser el último para lograrlo, llevar la bandera y ser un buen ciudadano, un ciudadano ejemplar, un perfecto idiota.
Pero claro: los idiotas son mayoría, y ellos controlan todo el asunto.
El mundo es creado por el pensamiento, una y otra vez, es un mundo repetido, rancio.
Hay otro mundo, pero hay que elegirlo, a diario.
Sin Barbies no hay felicidad. Tampoco sin hamburguesas ni pollo.
“Si quieren les cuento”, sigue y sigue la máquina, “si quieren les explico… hay que…”
2017.
En 1985 soñaba con el 2001, “cuando los autos volarían por los aires y las máquinas liberarían a los hombres”
Y sigue el contador.