miércoles, 31 de diciembre de 2014

La aparición

El monótono canto del reloj nos sacude desde el ensueño. 
Aclara. 
Se corren las sábanas, se abren las ventanas, se calienta la pava, se ceban los últimos mates amargos del año que se va para no volver.
Y, bajando desde la escalera, la aparición.
Vos te estás yendo y el gato en la ventana, una pregunta sobre mi soledad, necesidades, el silencio, nada, perder el tiempo, fin de año, el sentido del sinsentido, ley de entropía universal, fluír como el agua, fluír como el tiempo.
Nadie sabe donde va ese viento que, sin embargo, sabemos que está acá.
El pequeño animalito nos ve desde lo alto la mañana que te fuiste... dos mañanas atrás.
Pero hoy llueve, y ahora mismo estarás...
Hoy llueve y ahora mismo el gatito estará...
Ahora llueve, y yo escribo.


domingo, 21 de diciembre de 2014

Primera luz

Dejar la cama, bajar las escaleras, correr las cortinas y ver la primera luz de la mañana.
Y la actividad que, a toda marcha, empieza con la salida de la estrella.
Luego el reloj: una hora determinada.
Y el calendario: un día determinado.
Y las implicancias del día y del horario... la presión.
Detrás del vidrio el limonero y los zorzales, las torcazas y la brisa, el pino...
De este lado, el cronograma: estar para cumplir.
Hemos logrado contaminar el presente con esa idea de tiempo, de río, de sucesión. Atrapados, inexorablemente domesticados, recurrimos al injerto para dar fruto.
¿De que cualidad?
¿Podemos escapar?
¿Que hora es?
¿Cuanto falta?
Me muero, regreso, dime, canta, sexo, color.
Otro año que termina:
estoy, como todos, en la eterna presión.
Acaba de amanecer,
pero ya llega el mañana.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Los demonios

Viven en nuestro mundo, se reflejan en nuestros espejos, lloran, ríen, trabajan, odian, corren, aman, procrean, nacen y mueren.
Y, como todos, se preguntan por la verdad.
Nunca una regla vivió más que su excepción, y así les sucede a los demonios.
En tiempos inmemoriales los hombres convirtieron La Palabra en persecución y atadura, y entonces los demonios existieron.
Están aún entre nosotros, caminan en nuestras calles, llevan sus niños al colegio, esperan en las puertas de nuestros templos, esperan la misericordia.
No la de Dios, que los ama y, por eso, los ignora.
Esperan la nuestra.

sábado, 29 de noviembre de 2014

Azul Rayleigh

El sol pasa al otro hemisferio y se encienden las luces... pero antes de la llegada de los astros sobre la bóveda cerrada, es el momentáneo reino del azul Rayleigh:
las aves se apresuran a sus nidos,
se detiene el sonido,
la brisa toma un respiro y espera, como en ascuas, que asome la primera estrella, esa que dará comienzo al Sabbath.
Entonces el hombre sale de su casa y, en un disparo, atrapa esa luz.
Nada se tiene ni nada se detiene, sin embargo, cada instante es único... una hermosa muestra del extremo derroche de la belleza universal.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Un diablo en la vidriera

Me encontré con el diablo mientras caminaba por Ballester rumbo al gulash de "La Hungaria".
Como aquel que ganaba la vereda de la lejana y caliente Villazón, este diablo era un diablo femenil,
y estaba detenido, de pié, en una vidriera cualquiera.
Al principio sentí temor, pero luego su cara de desconcierto y su evidente soledad convirtió ese miedo en lástima.
Me acerqué. Este diablo de labios morados y enrulada cabellera marrón vestía una capa roja -de diablo, claro- un par de cuernos muy rojos brotaban de su coronilla y, debajo de la capa, lucía un ajustado portaligas negro con medias bucaneras de anchas puntillas.
Llevaba tacones muy altos en los pies... y un precio en cada prenda.
-¡No te acerques!, me gritó en un siseo viperil -¡soy el diablo!
Me lo quedé viendo: este diablo era muy sexy, pero estaba más solo que un poeta en la bolsa de valores.
-No me das miedo, diablo, le dije, -pareces un diablo bastante inofensivo
-Lo soy, me contestó con un suspiro -¿que diablo se bancaría la humillación de encontrarse travestido en una vidriera cualquiera vendiendo lencería y estilettos?
-Creo que ninguno, le contesté -por lo general los diablos son muy malos, y decime... ¿te pagan?
-Me pagan con cuotas de anonimato. La gente pasa, me encuentra así feminizado y se convence de que no existo... y ya se sabe que ésa es mi mejor táctica
-¿Táctica?... ¿para que?
-Para extraviarlos a todos y atarle sus almas en las tinieblas
-No parece que seas muy efectivo actuando desde esta vidriera, diablo
-No te creas, me tuteó, -extravío a los niños cuando se vuelven púberes y también a los viejos
-¿A los viejos?
-Sí, igual que los adolescentes, a los viejos les encanta masturbarse con mi imagen.
Nos quedamos en silencio. Como yo venía caminando desde Caseros haciendo fotos de todo lo que me interesaba, me pareció apropiado hacerle una foto a este diablo travestido... entonces le pregunté:
-Decime, diablo... ¿te puedo hacer una foto?
-Con una condición
-¿Cual?
-Que imprimas mi imagen y postrado me adores
-No creo que vaya a hacer eso, diablo
-Entonces morite
-Bueno, eso sí... a fin de cuentas morirse es sólo una cuestión de tiempo.
Saqué la cámara, apunté y le hice dos fotos. Luego me di media vuelta para irme y entonces el diablo, con una desgarradora voz que no era ni de hombre ni de mujer, me gritó:
-¡No te vayas, por favor, no me dejes sólo, que mañana es domingo y no abren!
-Lo siento, diablo
-¡No te vayas!, lloró, -¡humano de mierda!... ¡te odio!... ¡cuanto los odio!...
Me fui. Me encontré con mi chica en la esquina y seguimos caminando rumbo al restaurante.
Un rato mas tarde ella me preguntó:
-¿Con quién hablabas en esa vidriera?
-Hablaba con el diablo, le contesté.
-Mentiras, me dijo riendo, -si el diablo no existe.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Nido nocturno

Una pequeñez, dos vidas: encuentros y desencuentros de dos seres que, a lo sumo, no sobrevivirán los cien años.
Cien años.
El Big Bang tuvo lugar hace trece mil setecientos millones de años; el planeta gira alrededor de su estrella, el Sol, hace cuatro mil quinientos setenta millones de años... los dinosaurios, esos grandes y bobos reptiles con cerebro de mosquito, desaparecieron hace ya muy poco: sesenta y cinco millones de años.
Y vos y yo acabamos de cumplir, apenas, los ocho años de convivencia.
Ocho años.
Esa cifra, frente a la del Cosmos, es menos que un micro instante en la volátil vida de la más inestable de las partículas subatómicas que atraviesan la materia interestelar a la velocidad de la luz.
Sin embargo, nuestro nido, este pequeño oasis que existe porque existe todo lo demás, vale más que todo aquello... y lo justifica.
No es que tenga importancia, en realidad,
"nothing really matters, anyone can see"
dijo el poeta,
pero algunas cosas, sólo algunas,
valen más que un sol y que un planeta.

lunes, 13 de octubre de 2014

Autodiseño siglo XXI

Bauman le puso nombre y apellido:
"Modernidad líquida".
La falta de significado, tal vez, sea un mal de este siglo; pero basta ver la oscuridad generada por las prohibiciones -y la muerte- del pasado para entender que, tal vez, los vástagos de esta ruptura sean los primeros seres realmente libres que hayan visto la luz del sol.
Sexo, géneros, cultura e inculturación, globalización, tecnología, multiplicación de la memoria... vivimos un período en donde nos diseñamos como "obras de arte vivientes".
Sin embargo no descreo del Sermón de la Montaña ni de su Autor... pero sí de todo el andamiaje represivo que se ha construido sobre tamaña libertad jamás repetida.
El consumo fagocita todo y lo vuelve mercancía. Y lo vomita. Pasó con el rock, pasó con la literatura... también con el Hijo de Dios.
Ante todo, Dios nos hace libres.
No olvidemos ese detalle.



sábado, 27 de septiembre de 2014

Ocho escenas de un fragmento temporal

"Todas las artes aspiran a la condición de la música", dijo el lúcido viejo pensante; y unos años más tarde, como el sonido, el viejo se detuvo y se volvió absolutamente intangible, inasible, transparente.
¿Una semana?, ¿seis días, diez?, puede ser: aplausos en un film de noche; una caminata desde Chacarita hasta el bajo; una mañana musical; la preparación de las clases antes del cadalso; la soledad del humo a media tarde; la primavera en las hojas; la pizza en "El Fortín" y la danza de los fantasmas -eso somos: fantasmas-.
Y también atestiguamos la maravilla de lo creado.
Atestiguar, reproducir, escribir unas palabras y cerrar... no mucho más se puede en la vida si uno intenta escapar, adrede, de la zanahoria del poder.
La fotografía es una marca en el agua del tiempo, una marca condenada, como todo, al olvido.








domingo, 14 de septiembre de 2014

Las exigencias en tres tiempos

Los días se suceden y todas las cosas se montan a caballo de los días que, inexorables, se mueven hacia el irrelevante misterio del pasado y del futuro, que es la nada.
Detrás, la nada... delante, la nada.
Pasado, futuro... y el presente que se esfuma.
Cielos, gato, nosotros, tormenta, el fuego, un ojo en el cielo.
Dividir en tiempo en tres habilita el objetivo y la razón, el resultado, el premio al competitivo esfuerzo, una escala de valor por sobre todo, una moral y un podio, una pobre traducción, una soga al cuello cada vez mas tirante y, finalmente, la derrota.
Y estar derrotado es creérselo.
Desde la escuela primaria, desde la boca de maestras tan ácidas como esa tiranía gratuita que brota desde el lamentable poder que nunca se posee, la triple división temporal: -"alumnos, el tiempo se divide en tres: pasado, presente y futuro"-
Yo no sabría que hacer con mi pasado ni sabría que hacer con mi futuro.
Y el eterno presente es lo único que hay en juego.
Juguemos...








viernes, 5 de septiembre de 2014

Las sombras, el cemento y las zanahorias del azar

Gratuitamente dibuja el azar sus sombras sobre cualquier esquina, y es la misma gratuidad del verde y desnudo pulmón que filtra el aire que respira aquel que dispara la cámara mientras piensa en la zanahoria del final... -la zanahoria es el resumen perfecto de la ideología capital-.
El profeta ya sabía, mil años antes de la Cruz, que terminaríamos como hormigas, acumulando grasas entre los huesos para pasar el invierno.
Yo no quisiera.
Se necesita atrapar esa luz, esa felicidad que sólo se aprecia en aquello que es hermoso porque, entre otras razones, no cotiza en bolsa.
Casi todo está en venta: la religión, el horno y el pan, el néctar de la vid, el sexo seguro, la moral y sus pequeñas moralinas patrioteras, el éxito del podio, la gloria.
Y lo demás, transparente e ignorado, las sombras de ese azar que se resiste al mercado, es el único alimento real.
Alimento orgánico, sin grasas trans ni pesticidas de cagada.
Garantizado.


domingo, 24 de agosto de 2014

Cuatro escenas entre lo imaginario y lo real

Los espacios vacíos: puertas y ventanas; la hierba que crece, se corta y se seca -luego seguirá su destino de fuego y vuelo-; ella en la mesa esperando que canten los ángeles, la estrella en el cuello en la mañana y la mitad femenina del misterio frente al jardín... no es tan difícil elaborar una serie de enlaces entre estas cuatro imágenes. Es suficiente con la palabra libertad. Basta con pensar en las vacaciones y en la nada como objetivo.
Luego, todo seguirá como siempre: en movimiento perpetuo.





viernes, 22 de agosto de 2014

Santos y juguetes

La infinitud de la gloria todo lo rodea, como el polvo: nubes, tacos, yerba, fuego, nylon, la experimentación y el ejercicio de la voluntad, la línea del límite en la distancia elegida. Y como una ondina agazapada en las sombras, la culpa acecha y demuele edificios de esa libertad casi infinita, ahora más emparentada con el miedo que con la levedad de una sonrisa.
La diferencia la hacen las palabras... ideología de cartón cuya fortaleza crece y crece hasta el ridículo dentro de las paredes ciegas de la mente;
allí, en ese teatro donde todo es obra y representación, los espectadores alternan sus butacas con los cambios de vestuario, de género y de religión.
Nada es totalmente cierto.
O todo lo es.

sábado, 2 de agosto de 2014

Primero y último puesto para el amor.

Seis cuerdas, madera, gargantas y un medio vibratorio...
como el amor, la música: una propagación extraña
y fundamental.
Y es curioso, nos ubicamos espacialmente por medio de la percepción del sonido,
y nos encontramos sólo en el amor.
Las escrituras y los poetas fatigan esa palabra que los seres humanos ennoblecemos como a lo más sagrado,
para pasar luego a arrojarla como un dardo o como un misil directo a la cara de nuestros enemigos;
pero el amor existe sólo si es,
y entonces, tal vez, es poesía.
Sólo el dolor del que todo lo da puede trascender este pobre estado de cosas.
Lo bueno y lo malo; lo oscuro y lo claro...
lo indefinido.
El amor, esa palabra fundamental,
primero y último ítem en la lista.

sábado, 19 de julio de 2014

Ecos del Rey Lagarto

¿Ya terminó este sueño?

Aún no, aún no termina.
Una ciudad, una avenida y una pared,
y allí los ecos del Rey Lagarto.
Desde Pere Lachaise hasta Tres de febrero,
desde el ruiseñor de Ruth la moabita
hasta el día de hoy,
nada cambió... las cadenas de información,
los nucleótidos y las proteínas, nada.
Y sin embargo vos ya no estás.
Ya no.
Quedaron ecos de tus canciones
y esa necesidad que nunca para.
Aún te imagino en tu bañera parisina,
recién afeitado,
vestido de muerte temprana.

No tocar la tierra,
no tocar el sol,
sólo una solución:
huir.

domingo, 6 de julio de 2014

Luna y ramas -entropía-

Negro sobre plata, el telón desde la vida hasta un mundo muerto.
Nudos, pequeños brazos, la impaciencia de lo que crece por sobre los fuegos plateados, extinguidos eones ha.
Y el ruido, la pulsión... inercia que crece y crece mientras decrece todo lo demás.
Entropía.
La vida es la excepción a la ley de entropía universal.
No hay muerte, hay reasignación.



jueves, 12 de junio de 2014

Tres escenas de amor salvaje

Bahía Blanca al atardecer. Tres disparos, tres fotogramas y las necesidades del amor.
Las dependencias del amor.
La violencia y la indiferencia que se combinan para dar, para tomar, para exigir y arrancar hasta la violenta disolución.
"Rascar espaldas", dijo Luca;
"Política", dijo Rajneesh.
Y yo... no digo nada.
Yo soy el que hizo las tres tomas, nada más.
Somos una gran raza -pienso-,
una gran raza caída y sobrevaluada hasta el ridículo.



sábado, 7 de junio de 2014

El humo de la mirra y del incienso

Basta un carbón, una vela blanca e incienso y mirra para llegar a Dios.
Y decir, en alta voz, el Salmo 91:

Tú que habitas al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Omnipotente,
dile al Señor: "Mi amparo, mi refugio, mi Dios, en quien yo pongo mi confianza".
El te librará del lazo del cazador y del azote de la desgracia;
te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio.
No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada de día,
ni la peste que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol.
Aunque caigan mil hombres a tu lado y diez mil a tu derecha, tú estarás fuera de peligro: su lealtad será tu escudo y armadura.
Basta que mires con tus ojos y verás cómo se le paga al impío.
Pero tú dices: "Mi amparo es el Señor", tú has hecho del Altísimo tu asilo.
La desgracia no te alcanzará ni la plaga se acercará a tu tienda:
pues a los ángeles les ha ordenado que te escolten en todos tus caminos.
En sus manos te habrán de sostener para que no tropiece tu pie en alguna piedra;
andarás sobre víboras y leones y pisarás cachorros y dragones.
"Pues a mí se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi Nombre conoció.
Si me invoca, yo le responderé, y en la angustia estaré junto a él, lo salvaré, le rendiré honores.
Alargaré sus días como lo desea y haré que pueda ver mi salvación".


Los Reyes llegaron del oriente siguiendo la estrella y encontraron al Rey en el pesebre de Belén... le regalaron Oro, Mirra e incienso.
Oro, por ser Rey, y más que Rey: Rey de Reyes.
Incienso, porque éste Rey es Dios.
Y Mirra, porque desde su nacimiento será predestinado a la muerte, y no una muerte cualquiera, sino una muerte de ofrenda: Su vida por la de todos...

viernes, 30 de mayo de 2014

Un domingo solo

Ella se fue y me quedé solo,
rumiando mi dolor.
Mi dolor, ese que brota del corazón, es sólo mío;
a nadie puedo culpar ni acusar por mi ceguera...
Y es que lo soy: ciego.
También soy sordo, y mudo,
y tiemblo.
Por eso, Señor, ten piedad de mi.
Me has regalado la vida, a vos te pareció bueno, Señor Dios.
Entonces te pido que me contagies ese amor,
no te pido ni perfección ni merecerlo... ¡no!
sólo haz que yo ame, a mi y a todos, cada día más,
como vos me amás, porque si, porque me hiciste a tu imagen y semejanza, porque te pareció bueno.
Una bella gratuidad.
Y lo demás, es vanidad.
Perseguir el viento.

viernes, 9 de mayo de 2014

Otro día, otro sol

Amanece un nuevo día detrás de la cortina.
Amanece con el mismo nombre,
con el mismo cielo,
con la misma temperatura color.
Amanece el sábado y la luz, amanece la brisa y el disco del sol...
y gira una estrella y gira un planeta,
y el  sistema solar está en los pulmones, y el pino respira en mis neuronas,
el universo conocido permanece dibujado en las células de mi piel,
y se expande...
No sabemos si retornará al origen o si así continuará,
expandiendo su belleza hasta la diáfana disolución de todo y de todas las cosas:
la música,
la lepra,
la risa,
la cerveza,
la ira,
tu sonrisa,
la cuenta bancaria,
el abandono del mundo y el amor de Dios.
Yo creo que algo perdurará... un color, una inercia rumbo a lo magnánimo,
un propósito definido,
un éxtasis...
una verdadera curiosidad por ver el "más allá".
Y miedo, por supuesto... 
¿quién no?

miércoles, 30 de abril de 2014

Gato entre las sombras

Desde el Jueves Santo y desde el borde del tapial
me saluda el gato entre las sombras.
Camina esperando el tiempo,
se sienta y aguarda la brisa,
se limpia y se detiene en el momento exacto...
el aire trae ese olor que se abre paso despacito
y burbujea, color rosa, en todo el interior.
Este gato es un gato fotograma,
vive en Caseros, es bicolor,
sus ojos y su pelo y sus patitas de algodón
están guardados como archivos
en un aburrido dispositivo que gira y gira y gira y gira
mientras el nunca se entera.
Las medicinas no lo alcanzan, tampoco la sinrazón;
este gato que saluda desde el borde
no lleva prisa,
ni guantes, ni paraguas; no cocina, ni congela,
sale por la mañana y regresa cuando cae el sol.
Y también duerme... cuando tiene sueño.
Y también me observa... cuando se le da la gana.
Esta gato en las sombras es un misterio y un espejo...
es una metáfora perfecta de todo lo que nunca voy a ser yo.

sábado, 26 de abril de 2014

Permanecer en la rama

Un golpe y un robo me llevaron de nuevo al templo.
Domingo de resurrección, Santos Lugares, Santuario de Lourdes.
El aroma del incienso y la oración otra vez, porque para el que cree todo le resulta en bien.
Y el pedido es simple: permanecer en ese yugo suave, dejar de lado las golosinas superfluas que ciegan, esclavizan y confunden todo lo demás.
Es difícil en soledad... un imposible objetivo solitario.
Es fácil, en cambio, junto al Maestro.
Permanecer unido a la rama hasta dar fruto, esa es la única realidad posible.
Y que lo demás, el mundo, se agote a sí mismo.

viernes, 25 de abril de 2014

Pequeña alumna

Mucho tiempo hablamos de esto,
de aprender y de cantar,
y parecía que el tiempo era un chicle que se pegaba en todas las cosas, en cada pastito, en cada pajarito, en cada rincón de cada emoción... de las lindas y de las otras.
Pero al final el tiempo se dejó estar... e hizo el resto.
-y si el tiempo viene o se va no me interesa en absoluto-
Ya estás acá: tus deditos en el piano.
El Mikrokosmos de Bartók en el nuestro, y todo lo demás: el nombre de los dedos, la mano derecha y la izquierda, el peso de las teclas, las figuras y las líneas.
Lo más importante es, parafraseando a Platón -o a Schopenhauer-, la niñenidad... esa cualidad de volver, como el Rey Midas, cada instante en una sonrisa.
Y aprender a leer la clave de sol y la clave de fa en dos semanas ya no parece tan difícil.

martes, 15 de abril de 2014

En la línea de fuego

Ahí vivimos, en la línea de fuego. No hace falta ir a la guerra para encontrarse entre las balas, ni hace falta mucho preámbulo ni telegrama de aviso para morirse de improviso... a fin de cuentas la parca termina siendo de lo más certero y aburrido que a uno le puede ocurrir, de tan previsible y esperada. Por eso me sorprendió que hoy en Santos Lugares, cuando me afanaron a las cuatro de la tarde dos pibitos de quince años a punta de pistola, me galopara tanto el corazón. De más está decir que les di todo -aclaro: se los hubiera dado todo igual aunque no hubiese visto el arma-, pero bueno, la vi, y uno se asusta un poco, si estaba tan linda la tarde, tan soleada y llena de brisa, no daba para morirse justo hoy. Y tuve suerte porque me devolvieron las llaves -me las tiraron mientras se iban con mis cosas- y más suerte aún porque regresando a casa me encontré con la carpeta de Psicología tirada en la calle, que era en realidad lo único no recuperable: mis apuntes. Todo lo demás, la SUBE, la guita, una bufanda, la mochila, un buzo, el mp3, todo es reemplazable. Tal vez lo que más me dolió, o lo único, en realidad, fue que se llevaran el que hasta ese momento era mi tomo tercero de La Filocalia. Luego me dije que tal vez es mejor así... por ahí un día lo leen y les viene bien un poco de Dios, por lo menos para que no lleguen a matar a nadie ni resulten ser matados.
Ojalá lo lean.

sábado, 12 de abril de 2014

El Batman mosquito

Francisco Beiró y Lope de Vega: el Batman mosquito acecha un metro y medio por encima de la cabeza del transeúnte mas alto.
No acecha desde hace poco, no, llegó aquí, a nuestro siglo XXI, hace cuatro años atrás, en ese trágico viaje de teletransportación futurista en donde su genética de murciélago superpoderoso se vio trágicamente mezclada con la de un simple mosquito anópheles.
Ahora el Batman díptero se ha vuelto vil, olvidando su moral de paladín anterior: su mezcla vampiro-zancuda ya no puede resistir el llamado de la sangre humana.
Nos acecha, entonces, cruel desde el cartel.
Yo lo acabo de ver ahí arriba, expectante, mientras esperaba la llegada del 53 que viene desde La Boca y va para Caseros... este Batman me pareció tan triste y extraviado, tan solo y confundido, que casi me emocionó hasta las lágrimas.
Lo fotografié a discreción a pesar de temer su ataque, pero las bajas temperaturas hoy reinantes lo entumecieron tanto -se sabe que los mosquitos no soportan el clima helado- que se quedó ahí, impotente, viéndome disparar una y otra la cámara frente a su ridículo antifaz de otrora insigne paladín.
No es del todo igual al Batman que todos conocemos... exceptuando su descomunal musculatura -ahora quitinada- y su traje oscuro de murciélago volador, le ha crecido una trompita, esa proboscide que es el tubo por donde succiona la sangre de los aleatorios caminantes despistados que se detienen bajo su dominio.
Ahora, mientras sopla y sopla el viento helado detrás de mi ventana, no puedo dejar de pensar en él y en su soledad de hambruna.
Tal vez más tarde le lleve, en un tupper, un poco de sangre del pollo que justo ahora está trozando mi mujer.

jueves, 10 de abril de 2014

El camino de las nubes

No caminamos por ese camino...
Habituados a la tiranía del deseo, buscamos forma en el consumo,
buscamos certeza en la opinión,
queremos ser... éxito, aplauso, la cima y la mera acumulación:
esa tóxica inercia que desciende en espiral rumbo a la disolución total.
Nunca La Nube.
La Nube es fecunda y fría, y sus caminos son insondables.
Es hermana de la brisa y madre de la lluvia.
La Nube baila bajo el sol, juega en la aurora y llora sus lluvias en el reino de la noche...
Y así como nadie sable donde sopla el viento, ni si viene, ni adonde va,
flota en su silencio de hesiquía sobre el mundo loco y aparente bajo los astros sin forma.
Sin rostro ni pretensión de identidad, deja su impronta en el brote, en la placenta, en la lágrima, en la humedad del globo ocular.
No se puede comprar una nube, no se puede vender.
No se atrapa ni se encierra con barrotes, no cotiza en bolsa ni se subasta en internet.
La nube es metáfora de lo inútil, de lo inasible, de lo huidizo...
del Tao.
En el camino de las nubes caminan los santos,
esos que renunciaron al oro, al poder,
y a las certezas de las formas.
Ahora me voy:
ya sopla el viento y cae la lluvia.

lunes, 7 de abril de 2014

Flores, abejas y el fin del mundo

Flores, uno ve sólo flores.
Pero hay más, mucho más...
hay savia, hay clorofila, hay pigmento, hay carbono, oxígeno, células, hay forma y hay color.
Y abejas.
Las abejas son ángeles, seres que viven a medio camino entre el mundo real y el paraíso espiritual;
y son los únicos seres que, naturalmente, pueden transmutar los elementos.
Eso es la miel, el producto de una transmutación alquímica.
Dicen que el día que mueran las abejas se acabará el mundo...
Un signo de los tiempos.