sábado, 4 de enero de 2014

No compres

No compres.
No compres los tomates cuando aumentan, cambiá el menú.
No compres.
No compres zapatillas cuando aumentan, arreglá las viejas, dale laburo al zapatero o aprendé a usar el poxiran.
No compres.
No compres un celular si el viejo te funciona, no cambies la PC, no cambies la TV, la heladra, el lavarropas, el automóvil, el consolador, el corset que te ahoga el aire desde el bolsillo hasta la necesidad mental.
No compres.
Ser libre no es satisfacer el deseo, eso es idiotez, eso es suicidio, es destruir tu voluntad, la voluntad que te hará libre.
Si decís todo que sí, el no se vuelve imposible.
No compres.
Sé libre de no necesitar.
Hay que aprender a cagarse en la mirada ajena.
¿Cómo no te vas a cagar en la mirada ajena si todos están locos?
Todos están buscando la libertad en el consumo, en la guita, en la belleza... todos están locos.
Todos están locos.
Todos están locos.
Pero vos no,
sé rebelde.
Vos... no compres.
Invertí en tu libertad.
Y que el mundo se hunda solo, sin vos.

El sol en la colmena

Abre el año mientras caminamos rumbo al barrio, caminamos y pensamos en consumir y en el disfraz que revestirá nuestra carne inexorable.
Caminamos entre neones mentirosos y dicroicas cobardes -así es el barrio- y mientras pasan los nuevos entes de consumo -algunos son muy viejos y aburridos- aplastando todo bajo el peso de sus deseos, me entretengo descubriendo la proto vida en la colmena, la horrorosa colmena de balconcitos que miran la vereda y la avenida... una encerrona de aire acondicionado y de alfombra sufriente de corte de luz.
Las vacas gordas y borrachas chillan como cerdas porque les cerraron las puertas en la cara.
Que ganas de asesinar...