sábado, 29 de octubre de 2011

Video experimental 1

"Salir a caminar todos los martes 18 de octubre del año 2011 me produce una insatisfacción... Zarathustra"
Fatídicamente ahogado y encerrado en una idea, rodeado por un desbocado y demencial ruido fabril más una tormenta en ciernes más la necesidad de escapar más la posibilidad de que Friedrich esté en lo cierto, bastaron para hundirme en una depresión de esas en las que ni siquiera se admite una saludable descompresión por efecto de las lágrimas. Entonces, y aprovechando el HD digital, renegué de la toma extática para dejarme llevar por el tiempo real, que por supuesto no es tal... ya en 1908 Albertito Einstein nos cagó la inocencia espacio-temporal al postular la muerte del cuando y del donde con su E=mc2 del culo... 
"¿Es que el tiempo viene o se vá?¿fluye o regresa?¿cae o se eleva hacia esa nada especiosa mental que ya Albert Einstein supo envenenar?"
Por lo tanto, éste video improvisado (también la música, aunque en otro tiempo y lugar, pero ¿cuando?¿donde?) es un producto neto de la insatisfacción de no saber, en definitiva, nada... (no saber nada es ya algo, ¿no?.. ¡mucho, diría yo! -Sócrates dixit-) sólo espero que éste mi devenir, cuando los eones que cuentan -si lo hacen- lleguen a su fin, no regrese y comience nuevamente... porque la verdad es que odiaría volver a pisar sobre mis pasos ad libitum, especialmente sin conciencia y en Villa Lynch y en los martes 18 de octubre del año 2011... tormentoso e intoxicado martes con la idea del eterno retorno. Dios me libre y guarde.
Esta foto la tomé un millón de veces el día martes 18 de octubre del año 2011; un millón de veces me encontré con la imagen en la pared; un millón de veces el sol brilló tormentoso en mi nuca; un millón de veces encuadré y disparé; un millón de veces pensé que esa calavera en Villa Lynch era Friedrich atormentándome desde el contador moebius sin fin; un millón de veces descargué la imagen en la PC; un millón de veces le aumenté el contraste con el photoshop; un millón de veces la subí al blog; un millón de veces escribo esto que estoy escribiendo; un millón de veces, mi desgraciado lector, lo leerás... (la cifra "un millón" equivale, como el 1001 de las noches árabes, a infinito)