Simple: no me banqué más encerrado en casa y salí a hacer fotos con la excusa de caminar, o a caminar con la excusa de hacer fotos... lo cierto es que caminé desde Caseros hasta Devoto costeando primero las vías del ferrocarril San Martín, y luego y en mayor medida, las del ferrocarril Urquiza. Al llegar a la estación Villa Devoto me subí al tren eléctrico y volví hasta Martín Coronado, bajé del tren y caminé hasta Caseros entrando por Palomar. Oscilando entre el éxtasis y la depresión profunda, logré perder por momentos el sentido de ubicación en tiempo, espacio y ego, siendo observación en estado puro... estado tan fácil de lograr cuando se es turista en un lugar que no es el de uno. Y la verdad es que, más allá de que yo frecuento principalmente estos sitios, soy un turista, estoy de paso, soy como un extraterrestre que se encuentra aquí y ahora y no sabe ni entiende como mierda ni porqué... menos aún hacia donde va o irá... entonces trato, sólo trato, de ver con esos ojos turisqueros cuando salgo a caminar (o a hacer fotos), sabiendo lo único que sé y entiendo: que un día me voy y no regreso, porque los que se van no regresan, y me voy solo y en pelotas. Y sin explicación.
Esta también es mía y sin telescopio, simplemente usé el zoom optico + el zoom digital, me apoyé contra una pared y le di mecha... no tiene una gran calidad, pero es admirable las tomas que se pueden hacer con estas camaritas que hoy practicamente son de juguete aunque eran impensables hace veinte años.
Y nada como un gif animado como testimonio del día de hoy que nunca volverá: esta paloma anda hinchando las pelotas entre los pies de la gente como una persona más; es la estación Antonio Devoto y ya el sol pasa lejos del meridiano, son las cinco de la tarde del jueves 1 de setiembre de 2011 en la plataforma del ferrocarril Urquiza rumbo a Martin Coronado.
