viernes, 28 de marzo de 2014

La sombra en el asfalto

Nacemos como todos, lloramos por el perdido edén
y seguimos camino.
Pasamos de las dolientes rodillas a las piernas, e incrementamos la velocidad.
Llegan inexorablemente las obligatoriedades culturales,
porque hay que ser miembro,
porque hay que ser parte,
ser igual.
En algún momento te regalan una camiseta con colores que no elegís.
Más tarde te enseñan una marcha para que cantes con un respeto que no sentís.
Y lo que está bien, y lo que está mal,
lo que se dice y se calla.
Ser miembro es actuar un no ser que porta un documento de identidad,
un anacronismo con tiempos perdidos,
derrotas que sólo sobreviven en el silencio.
Y respetos que encierran como barrotes de hierro todo alrededor.
Soy parte, soy humano,
de algún modo lo lograron...
Soy la Sombra sobre el asfalto,
una sombra que sale a caminar mientras ve todo alrededor,
ve y cree entender...
En los sueños, sólo en los sueños no hay doblez.
Todo lo demás, todo, ha caído.