martes, 11 de septiembre de 2012

El poder de los límites -catarsis-

Se siente bien llegar a los límites, aunque el cuore pase los 200 y las lágrimas de indignación, o tristeza, o furia o lo que fuere intenten reventar los globos oculares desde dentro del bocho. Llegar a los límites es como pisar tierra firme, es como respirar toda la capacidad pulmonar y marearse de oxígeno; es como correr el bondi una cuadra entera y que te deje de garpe en el último metro, es como cagar a trompadas al chofer de ese mismo bondi hasta dejarlo en coma; es como el displacer que deja la falopa cuando pasan años y años de mecha y fumata sin intentar siquiera parar de encender la pipa y sucumbir quemado...
Hoy, por ejemplo, estoy cansado. Estar cansado, hastiado, agotado de todo lo que me rodea, exceptuando sólo un par de cosas, es mi límite de hoy. No es que llegue a un límite así todos los días, no siempre gozo -y sufro- de esta suerte, porque no suele ser habitual. Y pienso que, en lo que respecta a mi funcionalidad social, tal vez sea lo mejor, lo más inocuo, porque si fuese más habitual este sentir extremo entonces el pelo enrulado y teñido de rojo, el mercurio amargo corriendo por las venas y la Uzi escupiendo plomo a destajo y borbotones en la premiere de Batman no se cuanto ni me importa...
Estar cansado, entonces, es estar repodrido. Y como creo, entre otras cosas, en el poder de la catarsis, voy a pasar a enumerar, simplemente y por puro azar entrópico, todo lo que me hincha las pelotas hasta el hartazgo.
¡Y va en 4/4!¡A puro grounge!... sería perfecto imaginarlo a lo Cobain en "Tourette's".................
El ruido. El puto ruido. El ruido que hace con la boca el perro hijo de puta del vecino hijo de puta; la cumbia de mierda que pone mi otro vecino de mierda; la moto del mismo vecino cumbiero de mierda, esa puta moto que nunca funciona y que sólo sirve para hincharme las pelotas; las cagadas de los gatos de los dos vecinos de mierda pegada en mis ojotas cuando está recién cagada en mi jardín, y cuando está seca, también; el ruido de los celulares en el bondi, en el subte, el la plaza, en las clases de UNTREF, en el cine, en la vereda, en el supermercado, en el tren; la gente de cagada gritando por el celular de cagada en todo lugar de cagada; el ruido de las radios los domingos con los putos partidos de fútbol de mierda; los petardos cuando pierde o gana cualquier equipo de fútbol de mierda; el ruido de la TV con el fútbol de mierda en el supermercado, en la radio del chofer, en el restaurante, en la parrilla, en el taxi, en el tren, en la pizzería, en tu casa, en las vidrieras, en el culo del planeta; el ruido de los motores de los aviones, de los autos, de las motos, de los scaletrics, de las jugueras, del lavarropa, del cooler de la PC, de la heladera, de la puta lanzadera espacial norteamericana; el ruido de las máquinas en las obras en construcción, los putos taladros, las mierdosas lijadoras, las cortadoras del orto, las putas pulidoras, las vergosas soldadoras, las roscadoras hijas de puta y los martillos también; y también el ruido demencial del taladro del vecino demente que se pone a meter un tarugo de mierda en su puta pared un domingo a las ocho de la mañana... también estoy podrido de hacer lo que no me corresponde, por ejemplo, no me corresponde pagar el DNI que no pedí, ni el permiso para conducir, ni la conexión a la puta cloaca; estoy podrido de hacer lo que los demás no terminan porque se les canta el puto culo, ni malgastar mi tiempo remendando la puta ineptitud o avivada ajena que condiciona mi espacio-tiempo; estoy podrido de la gente quejándose en la radio, estoy podrido de los periodistas quejándose en la radio, estoy podrido del facebook, de las florcitas del facebook, de los perros mutilados del facebook, de los abortos del facebook, del campeonato y de las medallas de oro del mierdoso facebook, de ¡la formación de boca! en una imagen del putísimo facebook de mierda; estoy podrido de las colas y de los culos y de las babas que salen de las bocas babosas de los machos pajeros que se pasan la vida viendo culos y haciéndose la paja; estoy asqueado de las opiniones ajenas, sean cual sean, estoy podrido de opinar, y de escuchar, y de ver, y de no ver, y de callar, estoy saturado de no poder dejar de percibir toda la tonelada de mierdosa ignorancia que me rodea y que empieza en mi interior mierdosamente humanoide; estoy podrido de los putos, de las minas, de los hétero, de los travas, de las etiquetas, de los bautizos, de lo sagrado, de lo insano, de la derecha, de beckytranxex, de la izquierda, del centro, del centro derecha y del centro izquierda y también del puto centro derecha izquierda derecha y al centro y a la puta que te re mil parió. Estoy saturado de la indignación que me provoca la clase media y la clase baja y la clase alta máas, y la clase de gente de mierda que pertenece a cualquier casta del orto; estoy realmente sobrepasado de asco con lo que veo en el espejo y con lo que escucho que sale de mi boca, también de lo que escribo, de lo que pienso y de lo que dejo de pensar cuando estoy dormido, y también de la mierda que sueño cuando no pienso porque estoy putamente soñando sueños inútiles.
Estoy repodrido de ser bueno y pelotudo, y también de no serlo; estoy repodrido de creer y también de no creer, y de llorar, y de sufrir por el sufrimiento que veo todo alrededor, y también estoy podrido de que todo me importe tres mierdas, y por supuesto estoy absolutamente asqueado de que todo me importe tanto. Y me cago en los famosos, y en el rating, y en la espiritulidad de mierda, en Cohelo, y en Greenpeace, y en la TV, y en satanás, en el deber, en el derecho, en el deberías y en el no deberías también; me cago en el ¡cuidado! y me recago en el ¡ojo!; defeco en la boca de los que se creen dignos de dirigir a los demás y me cago absolutamente en los dirigidos ovejas de cagada; me cago en el negro y en el blanco y en los grises y en la policromía visible también; me cago en el amor, en la muerte, en el cariño, en los mocos de la nariz, en el dolor, en el sexo y en la cera de la oreja sucia; me cago ampliamente en la policía, en los milicos, me cago doblemente si son mujeres botón; me cago en la historia, la de acá y la de todos lados; me cago en la verdad y en la mentira y en la mentirosa posibilidad de llegar a un putañero acuerdo... quiero gritarlo fuerrteee: me cago en los maestros de la escuela primaria, me cago en las ideologías, me cago en el maldito poder de la familia, me cago en la sabiduría mierdosa de tradiciones del culo, en los políticos reventados, en la democracia de cagada, en la dictadura plin plin plin, en la monarquía plop plop plop, en la anarquía sin solución ni línea de montaje y en la ausencia de cualquier orden... y en el orden, por supuesto, me cago doblemente.
Quiero brindar por la muerte de la puta ley de entropía universal, por la mierdosa falacia de la teoría de la relatividad de Einstein, por la mentira del psicoanálisis y también por el rápido exterminio ¡ya! de los forros que luchan contra el poder del psicoanálisis; quiero brindar por el Estado Nacional, por su pronto entierro vivo en una tumba sin nombre junto a los símbolos patrios, el himno, la bandera, las marchas de mierda y toda la sarta de próceres de cagada, de acá y de todo el puto orbe planetario, porque nos han garchado de parados y con la pija untada en arena y vidrio molido, y porque nunca dejarán de fatigar la inteligencia de los que recién nacen: ¡Dios los maldiga a ellos y a sus vergosas generaciones por nacer!..........
En fin, un suspiro me dice que es suficiente, por lo menos por hoy. La catarsis, si bien no ha sido completa, ha sido efectiva. A veces, cuando se está tan seguro y cierto, viene bien un poco de electrocución verbal por aceptación de la verdad. Así sea.