domingo, 4 de marzo de 2012

Teatro de sombras en la Sociedad de fomento Villa Pineral

Da mucho placer pedalear unas cuadras con tu bici bajo el sol del sabado a la tarde y entrar en ese recinto mágico y antiguo en donde se percibe, entre silencios y penumbra, los ecos de las voces de los que allí cantaron y rieron y ya no están. En ese espacio, la Sociedad de fomento de Villa Pineral de Caseros, mi amigo Alfredo Cuellar presentó este último sabado  -y todos los sabados de Marzo a las 17hs- su espectáculo teatro-musical "Sembrador de estrellas": espectáculo que comienza con su autor jugando -si, este pibe juega y contagia con ese juego- con una buena cantidad de instrumentos musicales convencionales loopeados a tiempo real con otros más extraños -y de muy bellos sonidos- fabricados por él mismo, entretejiendo un puzzle sonoro elemental, arcano, minimalista y mántrico que logra utilizar como banda de sonido de la obra. Luego el autor pasa detrás de escena y el "Sembrador de estrellas" hace su aparición. No voy a contar nada de lo que sucede en la extraña proyección porque hay que verla, pero el ritual se extiende por alrededor de una hora mientras la música fluye y germina, cambia y muta; las imágenes eclipsan, emocionan, hipnotizan y logran detener el ordinario pensar... puedo decir que el sabor de la obra es el mismo que el de la lluvia, el del fuego y la garúa. Arte Esencial. Al terminar, los instrumentos pasan a manos de la audiencia, que en este caso son todos niños. Y entonces sucede la caótica y catedrática sinfonía de los que aún no piensan en metas ni en resultados ni en logros. Da mucho gusto encontrar artistas que hacen de su obra un juego libre, como libre y gratuita es la entrada. En un mundo en donde las exigencias del mercado hace del arte un producto envasado que se vende en las góndolas de los supermercados junto a las papas fritas y la birra, "Sembrador de estrellas" es, aparte de una bella obra y una hermosa experiencia sonoro visual, un ejemplo que vitaliza la fe que reza y cree en que, en cuestiones de arte, no todo está perdido.