Entre cuatro paredes en casa, entre chapas en el bondi, entre columnas en la escuela, febril pensar en la espera municipal. Amenazas, la radio sigue con la confusión y los encabezados de los diarios son duros y perversos...
Una carta en la manga, o en el garage. Y la ruta que aparece abriendo ese encierro que siempre empieza -empezó a los diez años- dentro de la mente, entre las paredes del bocho, en la triste sintaxis de los mandatos culturales occidentales, o mejor: antihumanos.
No sabemos si seguirá todo en su lugar. No sabemos, tampoco, cual es el lugar exacto de cada cosa, de cada emoción, de cada lágrima, de cada necesidad, deseo, flor, cabra, cielo, mapa, asfalto, viento, pozo, subir subir subir, seguir, parar, no parar, esperar, sí, esperar, aprender a esperar, aprender a no ser nadie, ni nada, ni mucho, ni poco: nada.